Curiosa y divertida novela narrada en primera persona a modo de autobiografía. Parte Hernán Casciari de su infancia más tierna y llega hasta una época contemporánea a la de la escritura. Suponemos que, como todas las obras de este estilo, tendrá pasajes que sean ciertos, otros inventados y algunos más de “realidad mejorada”. El derroche de anécdotas sobre las que va construyendo la obra revela del autor una capacidad narrativa notable, pues consigue presentar asuntos a primera vista intrascendentes como aventuras existenciales irrepetibles, como quizás los sean todos los que vivimos en la infancia.
El relato se lee bien, lo que cuenta tiene su interés y la manera de contarlo revela una prosa ágil, sencilla y espontánea, con algunos pasajes memorables y, diría yo, inmejorables, como la expresión que pone el autor en su boca infantil “está traicionando un cerdo” para indicar el sacrificio de éste por su abuela en un contexto que no desvelaremos.
El tono y lenguaje argentino de la novela es un añadido que, lejos de dificultar su lectura como tantas veces sucede, contribuye a recrear un ambiente de confidencias entre amigos a la sombra de unas cervezas en la tasca de la esquina.
Una novela muy recomendable cuya lectura proporciona momentos exquisitos, y que deja en el lector un deseo de reencontrarse en el bar con el Gordo Casciari para que le cuente otras vivencias, sucedidas o, casi mejor, inventadas.
Gracias por tomarte la molestia de comentarlo para aquellos que deseamos evitar un fracaso en la lectura... Saludos.
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