miércoles, 13 de marzo de 2013

Una lectora nada común (Alan Bennett).


Novela corta (poco más de 100 páginas) en la que se narra la súbita afición que adquiere la Reina de Inglaterra por la lectura y las consecuencias que ello tiene para ella, sus adláteres y su reinado.

No seré yo quien niegue a la lectura un poder transformador sobre las personas, incluso sobre alguien a quien le han inculcado desde pequeñita una manera hierática de actuar, el cumplimiento estricto del deber de una manera por otros diseñada. Pero yo creo que en esta novela, no sé si de manera pretendida por el autor, lo que realmente hace cambiar a la soberana es la adopción de una nueva afición de manera compulsiva. Tanto da si es la lectura, el cine o la natación. Porque no se muestra en el relato un cambio de postura de la reina hacia las ideas políticas, sociales, morales que todos presumimos en tal personaje, sino en su propia consideración, en el nacimiento de un cierto individualismo, incluso egoísmo, en la protagonista, que termina por relativizar su propia y mayestática figura hasta un final que no desvelaré, en función de su “adicción” a la lectura.

Es un relato escrito en tono amable, salvo con respecto a algunos escritores con quienes el autor aprovecha para ajustar cuentas, y su lectura es muy recomendable, pues está bien escrita, es ingeniosa y también es corta, lo que en los últimos tiempos nos cae más que bien. Alan Bennett, su autor, más acostumbrado a los guiones y a las obras de teatro, ha sabido condensar en pocas páginas una historia tan interesante como inusual.