viernes, 17 de agosto de 2012

España, perdiste (Hernán Casciari).


Aparece este autor por segunda vez en este blog, gracias sin duda al buen poso que dejó en quien esto escribe su novela El pibe que arruinaba las fotos.

Anteriormente a ella, escribió este España, perdiste.

Afortunadamente en mis lecturas no sigo orden alguno, pues de haber utilizado el correspondiente a la fecha de publicación de ambas obras, seguramente me habría perdido las correrías de aquel poco fotogénico pibe, pues no invita precisamente ésta que ahora comentamos a profundizar en la literatura de Casciari.

España, perdiste es una especie de ensayo en el que se suceden todos los manidos tópicos sobre los argentinos en España. Yo, que he conocido a varios y de distintos pelajes, puedo asegurar que son todos tan falsos como el concepto folclórico que de los españoles se pueda tener en el extranjero y olé. No voy aquí a relatarlos y contradecirlos pues el tema es ya viejo y cansino, tanto hoy como en 2007 cuando esta obra vio la luz (¡y parece más vieja!). Quizás, y lo pienso ahora, sea una lectura dirigida únicamente al público argentino, para regodearle en esa pretendida esencia pampera o porteña, qué sé yo, que seguro que a algunos les llena (les copa, dirían Les Luthiers) de orgushshsho patrio (y es que también en Argentina hay gente pa tó).

Únicamente se salvan en esta obrita los recuerdos siempre melancólicos a su Argentina natal. En estas evocaciones Casciari es un maestro y consigue que el lector, aunque nunca haya pisado suelo argentino, empatice con su nostalgia, con ese país sudamericano y hasta con sus habitantes y costumbres.

En resumen, lectura prescindible (aunque afortunadamente corta). Lo malo es que tras ella nos queda la duda de qué hacer si otra novela de Casciari cae en nuestras manos, ¿arriesgarnos a perder el tiempo con ella? Seguramente, y en honor al Gordo Casciari, le daríamos una última oportunidad.

(Por cierto, ¿es correcta la coma entre España y perdiste?).

1 comentario:

  1. Soy argentina y mi marido español y es cierto que produjo efectos opuestos en ambos..a mi me gusto y me hizo reir mucho, habla mi idioma, tiene humor argentino y describe muy bien sentimientos por los que he pasado aqui en algun momento; a mi marido sin embargo le resulto un tanto ofensivo, como si fuese una crítica y nada mas lejano a la realidad. No pretende ofender, yo no lo senti asi sino no me hubiese gustado y la verdad que el libro me divirtio mucho, por eso, y siendo conciente que se puede interpretar de distinta manera segun la nacionalidad del que lo lea, yo recomiendo el libro a los argentinos que vivimos en españa.
    y otra cosa..la coma entre españa y perdiste esta bien puesta. España, (pausa, suspenso, expectación, conclusión final) perdiste!

    ResponderEliminar