martes, 7 de junio de 2011

El tiempo entre costuras (María Dueñas).

Quiero empezar esta crítica con una enhorabuena muy sentida hacia la autora. Que una primera novela, sin un gran apoyo editorial de inicio, se haya convertido en el éxito del año gracias al boca a boca, lo merece. Para ser sinceros, me produce incluso una “sana” envidia: ya me hubiera gustado a mí escribirla. Especialmente por el dinero que ha reportado.

Porque, no nos engañemos, la novela, tan alabada por el mismísimo Sánchez Dragó, literariamente vale bastante poco. Quizás no sea políticamente correcto, pero desde el principio se nota que está escrita por una mujer. Y entiéndaseme bien: cuando digo escrita por una mujer, quiero decir escrita por y para mujeres, pues hay escritoras excelentes que no dan pistas sobre su sexo al escribir. En fin, que, para ser más directos, hay un número excesivo de episodios con un incuestionable aroma a Bárbara Cartland o a nuestra Corín Tellado; con un decepcionante tufillo a telenovela.
 
El argumento puede ser correcto, una modista que, por mor de su estancia en el África española durante la Guerra Civil, se ve “obligada” a convertirse en espía. Sin embargo, su desarrollo es decepcionante. Los personajes son completamente planos: los buenos son buenos y los malos, malos, lo que para una novela de espías es algo poco creíble. Le faltan a María Dueñas unas cuantas lecturas de Le Carré, conocedor de un mundo del que nuestra autora demuestra ignorar casi todo. Por otro lado, las situaciones en las que se ve envuelta la protagonista siempre acaban bien, nunca pierde “plumas” por el camino, salvo, claro está, en los desafortunados amoríos que marcan esa desdicha interior que se empeña en arrojarnos a la cara cada vez que tiene ocasión.
 
Hay, además, algún episodio imposible: la reunión entre alemanes y portugueses de la que la modista es testigo a una cierta distancia, y que, sin embargo, es capaz de transcribir. ¿En qué idioma pueden hablar portugueses y alemanes? Evidentemente no en español, y a la protagonista no se le conoce el dominio de otra lengua. Y cualquiera que haya oído hablar a unos portugueses entre sí, especialmente cuando son labriegos y uno se encuentra en otra mesa atendiendo, además, a otra compañía, se da cuenta de que castellano y portugués no son fonéticamente tan semejantes como nos gustaría.
 
En cualquier caso, el momento más preocupante de la obra llega hacia el final, cuando, recobrada la capacidad de amar de la protagonista, por momentos parece que El tiempo entre costuras va a ser el punto de partida de una serie de novelas de espionaje protagonizadas por la modista y su flamante marido, espía también. Afortunadamente para todos, la propia autora desbarata esa posibilidad con las notas finales sobre los personajes (o al menos eso espero).
 
¿Entretiene la novela? Como cualquier novela de aventuras. ¿Es creíble? Pese a la aparición de diversos personajes históricos, no me lo parece. ¿Justifica el relato sus casi 600 páginas? Rotundamente no. ¿La recomendaría? Pues se me ocurren docenas de libros a los que dedicar el tiempo antes que a éste, empezando por el excelente Balzac y la joven costurera china, título que me viene a la memoria cada vez que pienso en este libro. Y, claro, las comparaciones son odiosas.

1 comentario:

  1. Completamente de acuerdo. Acabo de terminar el libro y no logro entender cómo ha tenido tantas críticas positivas.

    Parece como si hubiera sido escrito por dos personas diferentes: la parte de amoríos y relaciones personales de la protagonista, etc. parece Corín Tellado, es simplemente infumable: pobre costurera que no conoce a su padre, es seducida y engañada, pero su padre es un ricacho bueno. Conoce a un hombre, pero claro, no se fía... joder qué tormento de lectura, estuve a punto de dejarla a la mitad.

    La parte política y de la vida en el Protectorado se ve enseguida que ha sido muy bien preparada, ahí es donde la autora se lo ha trabajado.

    Pero no me pegan las dos partes: Corín Tellado y la otra, más trabajada; repito, parece que hubiera sido escrita entre dos personas diferentes.

    Lo siento, pero no aconsejo su lectura. Hay mucho mejor para leer.

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