lunes, 18 de abril de 2011

Los tres impostores (Arthur Machen).

Si uno lee una biografía de Arthur Machen, verá que es uno de los pioneros de los relatos de terror fantástico y de la novela gótica y, por ello, de su referencia por antonomasia, HP Lovecraft.
En efecto, Los tres impostores tiene en alguno de sus episodios un aire a Lovecraft, especialmente en aquellos relatos en los que presenta la desigual lucha del hombre contra una naturaleza arcana e indomable, aunque no llega a transmitir la atmósfera densa y opresiva que caracteriza las mejores obras del escritor de Providence. Cierto es que según parte de la crítica, Los tres impostores no es una de las más recomendables obras de Machen, aunque al ser la única que yo he leído (todo se andará), no puedo hacer comparaciones, por lo que mi referencia a ella hace abstracción del resto de su bibliografía y de las comparaciones que inevitablemente dejan en mal lugar a uno de los factores.
Porque Los tres impostores no es una obra del nivel de las que han dado justa fama a HP Lovecraft. Su estructura narrativa, forjada con la suma de relatos independientes narrados por personajes que aparecen dentro del principal, acaba siendo poco atractiva. Tiene la novela una estructura circular, en la que sus diferentes episodios vienen a confluir en un final común que, a su vez, devuelve al lector al inicio de la narración, con lo que, si la lectura se prolonga durante varios días, se le obliga a releer lo que en principio leyó para devolver al relato una cierta unidad narrativa. Según he leído, ello se debe a que toda la novela la construyó Machen como excusa para dar al relato titulado El polvo blanco un empaque mayor que el de un simple cuento de unas pocas hojas. Esto obligó, como es natural, a incluir más de una página de relleno para dar una cierta consistencia a la narración.
Pero el argumento (o más bien, los argumentos) tampoco es excesivamente original (al menos leído desde nuestros días), dejando en muchas ocasiones un poso de desilusión en el lector acostumbrado a los vericuetos narrativos de un Lovecraft, un Stevenson o un London, sin ir más lejos.
De todo esto, puede deducirse que es una lectura prescindible. No obstante, dado que el precio de la novelita editada por Alianza editorial, no llega a los 8 euros, es una buena oportunidad para que los amantes del género amplíen sus referencias. Creo que tan pequeña inversión puede, en este sentido, merecer la pena.

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